El plástico sigue creando alguna que otra confusión entre los usuarios, por lo tanto, también la bolsa amarilla. Y es que objetos como un peluche, una pelota, una bicicleta o cinta de vídeo están compuestos por plástico principalmente.
Pero, no deben ser depositados en la bolsa amarilla, ya que no son envases.
Una de las principales batallas que libran las empresas recuperadoras de residuos es la peculiaridad y diversidad de los objetos que llegan a la planta. Y eso hace que se retrase el proceso de clasificación y reciclaje.
Solo las bolsas, las latas, los tetrabriks, las botellas de plástico, las tapas y los tapones deben ir a este contendor.
Pero, en España el 25 % de los residuos colocados en el contenedor amarillo, no deberían estar ahí. Por lo tanto, vamos a hacer un repaso a esta clasificación para que puedas clasificar bien tus desechos.
El reciclaje de plásticos en España
En nuestro país se genera cada año en torno 22 millones de toneladas de residuos provenientes de los centros urbanos. Y un 33 % de todo ese peso corresponde a envases de plástico.
La tasa de recuperación actual es del 63 % aproximadamente. Y un 59 % del total se recicla correctamente. Todo esto está sometido al obligatorio cumplimiento de la directiva que obliga a reciclar al año un mínimo del 55 % de los residuos.
Y es que, hace una década, la cantidad de basura incinerada era el doble de la reciclada. Pero ahora, todos los habitantes de casi cada pueblo, dentro del país, cuentan con la bolsa amarilla. Y 42,9 millones de habitantes ya tienen un punto de recogida.
Dichas bolsas se repartieron para facilitar a las personas la acción de reciclar, proporcionándoles un recipiente reutilizable en el que depositar todo lo que iba al contenedor amarillo. Es decir, de la bolsa amarilla a su contenedor correspondiente o directa al camión encargado de recogerlas.
El recorrido de la bolsa amarilla
El camión de las bolsas amarillas llega a la planta de procesamiento cargado de residuos plásticos. Luego, descarga la mercancía en un foso o playa, en donde son retirados los objetos más voluminosos.
Los residuos que quedan se pasan por una máquina y esta se encarga de abrir las bolsas amarillas. Acto seguido, un triturador realiza la separación en tres volúmenes diferentes.
Cada uno de estos residuos pre clasificados pasa a una cinta transportadora que los lleva en función de su volumen y material.
En el primer proceso de selección se retiran los metales como el acero mediante un separador magnético. Durante la segunda etapa de selección se extrae también el aluminio de entre los restos.
En ambos casos hablamos de procesos automatizados y, en el caso del aluminio, se emplea el separador de corrientes de Foucault.
Tras cumplir estos dos primeros pasos mecánicos de selección, solamente queda separar los tipos de plásticos. Y este es un trabajo de reciclaje que en muchas empresas sigue siendo manual.
Los operadores dividen los residuos en botellas y bolsas, para que los plásticos puedan reciclarse correctamente. En este punto se pueden emplear algunas herramientas, como la campana de aspiración, parecida a las de las cocinas. Aunque la sofisticación de los centros de separado y clasificación de residuos es muy variable.
¿Qué se hace tras organizar los tipos de plásticos?
Una vez finalizado el proceso de separación de envases, cada tipo de plástico es depositado en grandes contenedores. Y, finalmente, los contenidos de estos contenedores se pasan por la prensa. De esta forma, su contenido queda comprimido en forma de balas para su tratamiento específico.
España cuenta con al menos 89 plantas de clasificación de envases y todas ellas son a la vez las productoras de materia prima para la elaboración de nuevos productos.
De todo esto extraemos que el reciclado en la bolsa amarilla y, posterior tratamiento, no sirve solamente para fabricar materia prima, sino también supone un importante ahorro energético.
Ya que, cuanto mayor es la cantidad y calidad del material desviado a los centros clasificadores, más ágil es el proceso y más aumenta el porcentaje de material reciclado y reciclable.
Es por eso que, entre todos, podemos evitar que más residuos sean incinerados. Y en Colebolsa estamos orientados a facilitar en lo posible el reciclaje y reutilización de materiales. ¿Tú también quieres formar parte de esto? Ven a vernos.