En estos días en los que todos queremos ayudar de una u otra manera, el reciclaje resulta bastante práctico. Gracias a la información y a los colores identificativos, permite que separemos con relativa facilidad nuestros desperdicios. Pero ¿sabes qué pasa con ellos?
Cada vez que arrojas un envase que no utilizas al contenedor amarillo proteges al medioambiente. Es un contenedor que admite todo tipo de envases y no solamente de plástico. Pero a veces no parece quedar muy claro cuáles podemos tirar y cuáles no.
Sin embargo, este proceso está tan bien desarrollado y optimizado actualmente que permite que ocurra de la mejor manera posible. Nos referimos al reciclaje de los plásticos.
Aunque es importante que arrojes preferentemente materiales de plástico duro, tipo envases. Con independencia de su composición.
España recicla alrededor del 45 % de los envases plásticos recolectados en estos contenedores. Sin importar su origen, los envases de plástico son destinados a un proceso de reciclado para convertirlo en un nuevo producto.
¿Cómo es el proceso de reciclado de plásticos?
El sistema de gestión de residuos tiene una fase inicial, la cual comienza después de que tiras la bolsa o recipiente en el contenedor amarillo.
Luego, un camión de la compañía recoge su contenido para llevarlo a una planta de reciclaje y procesado. Y aunque existen distintos tipos de reciclaje, el más usado en España es el mecánico. En este método los materiales son seleccionados y separados por tipo o tamaño.
Después, son lavados con agua y detergente para eliminar todas las impurezas presentes, así como las etiquetas que tienen adheridas.
A continuación, los envases son secados y clasificados de acuerdo a sus características físicas y el tipo de plástico con el que fueron fabricados.
Luego, los residuos de plástico pasan por una línea de separación manual, en la cual los operarios revisan la viabilidad de cada uno. Y así separan el plástico que no puede reciclarse por algún motivo.
Y es que no todos los materiales son de carácter reciclable, tal es el caso de los que tienen mucha tinta, por ejemplo. Esto sucede porque los químicos alteraron su composición.
Algunos envases también tienen etiquetas demasiado adheridas y bandejas que tienen distintos tipos de plásticos.
En el siguiente paso del proceso de reciclaje el plástico es identificado por un número y símbolo de acuerdo a tipo de resina del que está compuesto.
Algunos polímeros, como el de alta densidad, son ampliamente utilizados en diversos sectores. Una vez clasificados, los envases son triturados, lavados nuevamente y secados para fundirlos y prensarlos en forma de largos filamentos.
Por último, estos filamentos son transformados en pequeñas bolas que pueden ser usadas en la elaboración de nuevos envases. También, pueden ser utilizados para crear bolsas, perchas, calzados, tuberías, material para carreteras o muebles.
Aunque en el proceso de reciclado mecánico no ocurre, hay otros tipos que permiten convertir el plástico en combustible para producir energía.
Por eso, el contenedor amarillo representa un proceso que tiene mucho camino por recorrer. En España aún no se logra reciclar el 50 % de los materiales plásticos desechados, pero poco a poco aparecen nuevos métodos más eficientes.
Piensa que es cuestión de conciencia para cuidar el medioambiente. Y, por lo tanto, una tarea de todos. Asimismo, el reciclado es la mejor medida que podemos adoptar hasta el momento, mientras los productores no dejen a un lado el uso de plásticos.
Si hay alguna otra medida que quieras compartir con nosotros estaremos encantados de escucharla.
En Colebolsa hemos hecho del reciclaje nuestra responsabilidad y nuestro trabajo. Y actualmente podemos ofrecer un interesante catálogo de bolsas y plásticos reciclados para diferentes negocios y necesidades comerciales.
Por eso, si tienes cualquier duda o quieres sumarte a la economía circular, pide presupuesto sin compromiso. O ven a vernos y cuéntanos tus necesidades ¡estaremos encantados de ayudarte!
